Una Galería de Arte mexicana que resiste a la globalización
El siglo XX representó una época de cambios significativos para las artes visuales. Durante este periodo surgieron sin fin de corrientes artísticas, desde el modernismo en 1900, hasta el hiperrealismo en la década de los 70´s, pasando por el cubismo, el arte pop, el surrealismo y el minimalismo, entre otras.
Claramente, estos cambios no sólo afectaron la producción artística, además, la manera en la que las personas vivían y consumían el arte se fue transformando, pues como el S.XX lo demostró, el arte no escapa de la realidad.
Actualmente, vivimos en un mundo cada vez más globalizado e interconectado, podemos acceder en segundos, de forma virtual, a la obra de algún o alguna artista al otro lado del planeta. E incluso, podemos vivir la experiencia, en alguna galería local, de estar frente a la obra de los y las artistas mundialmente más reconocidas.
Gracias a la facilidad de conexión tenemos acceso a exposiciones con gran diversidad de artistas de diferentes partes del mundo, reduciendo las exposiciones con obras de arte exclusivas de artistas mexicanos/as. Por ello, no es casualidad que al entrar a una Galería de arte encontremos más exposiciones temporales que permanentes y artistas emergentes.
La Ciudad de México ha sido testigo del crecimiento de la meca del arte y el auge del arte contemporáneo en el país es cada vez más evidente. De igual manera, el consumo de arte ha incrementado y se ha transformado.
Hace tres décadas lo más consumido en el país era la obra de artistas mexicanos/as, pero eso ha quedado atrás. En este contexto tan globalizado, los compradores nacionales, pese al gran talento de los y las artistas visuales mexicanos/as, prefieren comprar lo que está a la vanguardia internacional.
El último artista visual celebrado en México y en el mundo es el oaxaqueño Francisco Toledo. Su obra es reflejo de su peculiar estilo de vida y es codiciada en todo el mundo.
Muchos comparan las obras de Toledo con los bolsos Birkin de Hermes: aun teniendo el dinero son difíciles de conseguir.
Toledo, ha tenido una posición firme sobre la comercialización de su trabajo: la única galería de arte que puede vender sus obras es la Galería de Arte Quetzalli, la cual ha sido la intermediaria entre este artista y los y las amantes de su arte durante décadas.
Esta galería ha abierto sus puertas al arte experimental para que los y las visitantes vivan el arte global, pero sin dejar atrás la tradición del arte oaxaqueño
A pesar de ser una de las galerías de arte más importantes en Oaxaca, este recinto no sólo abre sus puertas a artistas consolidados, además recibe la obra de artistas actuales, creando así, una síntesis entre el presente y el pasado.
Además, esta Galería de arte oaxaqueña no limita sus actividades a la venta y difusión de obras artísticas, entre sus objetivos destaca la creación de proyectos para desarrollo social y cultural de la ciudad de Oaxaca.
Si bien es momento de aprovechar todas las herramientas que las Tecnologías de la Comunicación e Información nos proporcionar para conocer el trabajo que realizan los y las artistas alrededor del mundo, también es momento de revalorizar el arte que los y las jóvenes mexicanas están produciendo.
Otro ejemplo de ello, es el artista Cawamo, quien adopta muchos elementos nahuas en su trabajo, por ejemplo, en muchas de sus pinturas hace alusión a los patrones geométricos que aparecen en algunas zonas arqueológicas del Estado de Oaxaca, o también trata de recuperar elementos como los magueyes, los petates o las deidades adoradas por las culturas antiguas.
Pero no sólo implementa estas representaciones a nivel simbólico, además, este joven artista produce su obra con elementos tradicionales, entre ellos, el papel amate, textiles hechos de lana de animales y la grana cochinilla, un picmento natural.