Este artista mexicano se dedica a coleccionar todo tipo de objetos, desde piezas antiguas hasta productos que son considerados desechos, a los cuales les da una nuevo uso: piezas de arte.
Gabriel de la Mora nació en Colima, México en 1968. Estudió una licenciatura en arquitectura. De la Mora se dedicó un tiempo a la arquitectura, pero después de un tiempo renunció a ella para realizar una maestría en Fotografía y video en el Pratt Institute, New York.
Su obra ya es reconocida a nivel mundial y ha logrado exponerla tanto colectiva como individualmente en en museos y galerías de México, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Brasil, España Reino Unido. Actualmente colabora con el afamado galerista Timothy Taylor en Londres, con la Sicardi Gallery en Houston y con Proyectos Monclova en la Ciudad de México, en donde vive actualmente.
Gabriel de la Mora se ha distinguido por crear obras sumamente meticulosas y por la búsqueda de la perfección en ellas. Sus piezas, tratan de retratar la historia de las cosas, las ideologías y los hábitos y costumbres de la sociedad.
En muchas de sus obras está presente el concepto del tiempo, entre la finitud y la permanencia para ello ha realizado una búsqueda, recolección, selección y clasificación de objetos que le permiten ilustrar el paso del tiempo en la vida cotidiana.
Este artista se ha interesado por replantear los límites tradicionales del arte, proponiendo nuevos elementos y cuestionando el trabajo de los y las artistas con las piezas, De la Mora afirma que la labor del artista no es crear ni destruir sino transformar, además piensa que la pintura debe ir más allá de técnicas y afirma que una obra debe hablar por sí misma.
En un gran esfuerzo, De la Mora logró sustituir con cabello natural y sintético (de personas y de animales) los recursos comunes del dibujo (tinta y lápiz), obteniendo los elementos esenciales del dibujo: líneas y puntos, pero planteando una alternativa innovadora para su creación. Gracias a los elementos utilizados, esta técnica se considera escultórica, pues es un juego entre tensiones y formas tridimensionales.
En su trabajo artístico se ha dedicado a darle una interpretación y uso distinto a elementos que pueden ir desde objetos antiguos como radios o televisores, elementos arquitectónicos, hasta piezas que ya son consideradas desechos, por ejemplo partes de máquinas que ya no funcionan, suelas de zapatos o incluso cáscaras de huevo.
Además, para darle mayor significado a sus obras, este artista visitó casas abandonadas, en las que se podía apreciar el paso del tiempo en sus paredes, en el techo o en el desgaste de la pintura. De esos lugares recolectó algunos elementos como pedazos de pared y los montó en bastidores, con lo cual intentó retratar el paso del tiempo.
Otra de las propuestas artísticas de Gabriel de la Mora es darle una reinterpretación a pinturas falsas o que nunca lograron tener éxito. Primero se dedicó a coleccionarlas y después comenzó a intervenirlas, convirtiéndolas, irónicamente, en pinturas originales y exitosas.Con todas estas obras creó la exposición Originalmente falso.