Diego Rivera, el emblemático muralista mexicano, se adueña una vez más de la esfera pública, pero esta vez desde un ángulo insospechadamente glamoroso. Su pincel rebasa los límites de la historia para tocar las puertas de Hollywood y, como no podía ser de otra forma, está en boca de todos. En la serie “Feud: Capote vs The Swans” de FX, que se transmite por Hulu, sale a la luz un retrato que había permanecido escondido durante mucho tiempo. Pero, ¿quién era C.Z. Guest y qué le valió ser inmortalizada por Rivera en estado de desnudez? Adentrémonos en este fascinante episodio donde el arte se encuentra con el glamour y el escándalo.
El misterio de la obra escondida
C.Z. Guest, una debutante convertida en actriz, se convierte en musa para Rivera allá por 1945. Hablemos un poco sobre ella. Esta carismática figura neoyorquina, que se transculturó en actriz y amante de las bellas artes, fue retratada en la cumbre de su juventud por el maestro mexicano. Es esta pintura, titulada "In vinum veritas", la que ahora captura nuestra atención y suscita tanto misterio como admiración.
La obra muestra a una Guest desinhibida y confiada, recostada y envuelta en un halo floral, una representación de desnudez envuelta en naturaleza y honestidad, una oda a 'la verdad' que surge en la libertad de la víspera. Si bien Diego Rivera nos ha legado un sinnúmero de murales y lienzos que exaltan la historia y luchas sociales de México, es esta pieza íntima la que revela una faceta diferente de su narrativa artística.
C.Z. Guest: el ícono de una era
C. Z. Guest age 36, photographed for Town & Country in 1956 by Stephen Colhoun, wearing a Tiffany necklace by Jean Schlumberger and a gray flannel dress and a ranch-mink waist length “barrel” jacket, both by Mainbocher. From John Loring’s Tiffany In Fashion (Harry Abrams Publishers).
C.Z. Guest no era cualquier socialité; su nombre fue sinónimo de elegancia y un punto de enlace entre diversas formas de arte y moda. Salvador Dalí y Andy Warhol, íconos de la plástica universal, también sucumbieron ante su aura, aportando sus propios enfoques surrealistas y pop al legado visual de Guest. Su encanto no solo cautivó a los artistas, sino que la hizo confidente de grandes escritores como Truman Capote, quien inmortalizó su imagen con palabras tan vívidas como las pinceladas de Rivera.
Pero ¿por qué permaneció esta obra de Rivera oculta por tanto tiempo? Fue Winston Frederick Churchill Guest, prominente jugador de polo y esposo de C.Z., quien decidió retirar el atrevido retrato de la vista pública luego de su matrimonio en 1947. El lienzo pasó de adornar las paredes de un concurrido bar de México a convertirse en un tesoro privado.
La odisea de una obra maestra
La peculiar historia de "In vinum veritas" no termina simplemente en su creación o enigma inicial. Como si tuviera vida propia, la pintura recorrió un camino de ocultamiento hasta pavonearse en subastas y exhibiciones, incrementando su valor monetario y mítico con cada aparición.
Fue hasta años después de la muerte de su guardián cuando "In vinum veritas" pudo ver la luz de nuevo, asomando en una subasta en Sotheby's donde alcanzó un valor estimado de 1.5 millones de dólares. Vuelta a descubrir por los propietarios de la Galería Avril de Ciudad de México y después de una investigación detallada, la obra resurgió en todo su esplendor, siendo parte de exposiciones en el Bass Museum of Art de Miami Beach y, más recientemente, en una muestra de venta de Christie's.
Un legado entre la fama y el arte
En la retina cultural de nuestra sociedad persiste la necesidad de explorar las conexiones entre el estrellato y la expresión artística. La serie "Feud" lo sabe y aprovecha el retrato de Rivera para explorar esa tensión entre arte y artistas, entre la imagen pública y la intimidad de la musa. Como bien apuntó Capote, C.Z. Guest se convirtió en una "odalisca rubia y desnuda", una imagen que, aunque controvertida, también celebraba la belleza y complejidad de su persona.
C.Z. Guest nos dejó en 2003, pero su legado y el de Rivera permanecen, desentrañando que detrás de cada pincelada hay una historia que contar, una pasión que desenterrar y, finalmente, una verdad que revelar.iembre en nuestro tapiz cultural global.
