Arte: El monumento del retrete abre debate en Malta
El arte contemporáneo continúa desafiando nuestras percepciones, y esto no es menos cierto en la culturalmente vibrante Malta. Aquí, una nueva escultura llamada “Siġġu” se ha convertido en centro de atención y controversia, provocando intensas discusiones sobre lo que consideramos arte, identidad y nuestro pasado colonial.
Antes de sumergirnos en la discusión maltés, es importante mencionar cómo algo similar ocurrió en México, donde las obras públicas han provocado desde asombro hasta ira, recordándonos que el arte público no es solo una expresión de creatividad, sino también un reflejo de la sociedad que lo aloja.
La Controversia Maltés
La pieza “Siġġu” de Austin Camilleri ha generado opiniones encontradas desde su inauguración. Ubicada frente a un símbolo colonial por excelencia, la estatua de la Reina Victoria en Pjazza Reġina, este “trono vacío” se ha convertido en la chispa de un debate nacional.
Utilizando piedra caliza globigerina extraída antes de 1974, año en que Malta se convirtió en república, Camilleri nos invita a reflexionar sobre nuestra identidad y qué significa tener un pasado colonial. Pero, ¿cómo ha sido recibida esta obra por el pueblo maltés?
Para algunos, “Siġġu” es visto como simplemente el “monumento de un retrete”, un objeto fuera de lugar y ajeno a la historia que intenta borrar lo que fue. Sin embargo, para otros, ofrece una plataforma fundamental para discutir y redefinir nuestra herencia colonial.
Simon Cusens, historiador y conocido anglofilo, parece burlarse sugiriendo que acaso “el artista se inspiró en la derrota de Napoleón en Water-Loo”. Por el contrario, Charles Xuereb, historiador con inclinaciones francófilas, aplaude el trabajo como un estímulo para el debate intelectual sobre la decolonización de la mente maltesa.
Arte que Debate
Pero más allá de las controversias, lo que revela “Siġġu” es que el arte sigue siendo un poderoso conductor para el análisis crítico y la introspección nacional. Camilleri, el artista detrás de la obra, afirma que su propósito es simplemente plantear preguntas. ¿Qué define nuestra identidad nacional? ¿Cómo nos enfrentamos a las verdades incómodas de nuestro pasado?
Y tal vez lo más importante, cómo artista espera que este diálogo continúe, que se extienda más allá de las barreras de la escultura y entre en el corazón de la vida pública y política de Malta.
Un Retrete, Múltiples Perspectivas
La historia y la relación de Malta con su pasado británico sigue siendo tema de discusión, tal como señala Ryan Falzon, artista y escritor que considera vital enfrentar la mentalidad colonial. Sabiendo que generaciones previas se identificaban como súbditos británicos, es hora de reconocer y debatir nuestros verdaderos fundamentos históricos.
Kenneth Zammit Tabona, por otro lado, ve esto como una aceptación de la historia. “Fuimos una colonia británica, es parte de nuestra historia”, enfatiza, apuntando que muchas veces, los símbolos coloniales han sido electos y abrazados por el propio pueblo.
Narrativa histórica
Lo certero es que el “retrete” de Camilleri no es solo una provocación artística; es una invitación a saltar al flujo de un diálogo más profundo. En tiempos donde la narrativa histórica es constantemente cuestionada, a todos nos concierne preguntarnos cómo se construyen los relatos y símbolos que definimos como propios.
Con un debate aún vivo y una estatua que continuará en su lugar, Malta se encuentra representada en un momento único, donde a través de un retrete emerge una oportunidad para la reconciliación con su pasado y el diseño consciente de su futuro cultural.
Este artículo no solo es una ventana a la conciencia de Malta, sino un espejo a nuestra propia reflexión de cómo interactuamos con la historia, el arte y nuestra propia identidad. Desde México hasta Malta, nos vemos reflejados en la interminable odisea de comprender y valorar qué significa el arte en el hilaje de nuestra cultura humana.